dimarts, d’agost 29, 2006
marruecos (VIII)
El resto del retorno sigue con Andrea y Marcus, que nos enseñan fotos del Sáhara... increíbles!
...en Tánger cogemos el ferry hasta Tarifa... [lulababy]
...y, coche cama hasta Barcelona...
total: 1 día y medio de viaje! uf! pero valió la pena! hacerlo así, all'improvviso, sin nada organizado y con muy buena compañía. Para repetir, ya!
eco... las partes técnicas del relato están extraídas de la guía sobre Marruecos de lonely planet escrita por Paula Hardy, Mara Vorhees y Heidi Edsall.
[lectura de viaje: Mr. Vértigo de Paul Auster]
dilluns, d’agost 28, 2006
marruecos (VII)
Las mañanas con un buen desayuno siempre resultan mejores mañanas y, en Marruecos hubo desayunos estupendos: crêpes y más crêpes, tortillas, zumos de naranja, cafés con leche...
Otro día más la plaza sigue abarrotada de gente,... nos acercamos a los encantadores de serpientes con cierta curiosidad y un poquito de asco, todo hay que decirlo. De hecho, yo tube un par de sustos con serpientes de juguete, así que intento acercarme lo menos posible, por si acaso. Los feriantes te acercan las serpientes y te las colocan en el cuello para que te hagas una foto. A mi compi se lo hicieron... y lo soportó muy bien, todo hay que decirlo, hasta que se la metieron por dentro de la camiseta para darle buena suerte en la vida. Teníais que haberle visto la cara, pensaba que ser moría!! jajaja!! pero se atrevió, cosa que yo no...
Al norte de la plaza hay una serie de terrazas des de donde se divisa toda con sus gentes yendo y viniendo, los vendedores gritando a los turistas para llevarselos a su terreno y que se mezclan con la música y los cantos... La verdad es que es todo un espectáculo!
El tiempo en Marruecos pasa de una forma extraña: lento, en calma, pero sin darte cuenta ya te pasó el día... Así que, cuando quieres hacer algo, resulta que ya es hora de cerrar todo, con lo cual te toca volver a patear las calles que habíamos recorrido la noche anterior. Mercados, tiendas, gente trabajando, niños, bicis y motos y burros,... nosotros que nos perdemos y ellos que se empeñan en dirigirnos otra vez a la plaza... y nosotros que no queremos ir ahí!!!
Al lado de la mezquita Ali ibn Yusuf, encontramos el santuario Koubba Ba'adiyn (construido a principios del s. XII, seguramente como un anexo a ésta, destinado a las abluciones), el único vestigio almorávide de Marrakech que no fue destruido por los celosos almohades.
La madraza Ali ibn Yusuf, la mayor facultad de teologia del Magreb, fue construida por los saadíes en 1565 (y restaurada en gran parte en la década de 1960'). Al estar construida en época benimerín, sigue el estilo arquetípico, con una intrincada decoración en yeso combinada con una base de zellij y techos tallados en madera de cedro.
En el tren (esta vez, tren-cama, que con una vez de hacerse los aventureros ya estuvo bien) encontramos una pareja suiza encantadora que nos contó su períplo de tres semanas por el país... Al ver las fotos del desierto, ratifiqué que quería volver ya!!!! Si podéis, no os perdáis la oportunidad de conocer Marruecos.. no esperéis grandes monumentos ni museos ni riquezas... pero preparaos para conocer una cultura totalmente diferente, rica en humanidad y en ganas de vivir. Tan cerca y tan lejos a la vez.
marruecos (VI)
Marrakech: o la vida en una plaza (10 agost 2006)
con una visión de una ciudad que bien podría ser Marbella o alguna urbanización playera. Se intuía diferente.
Marrakech es la capital del sur de Marruecos pero, curiosamente, está situada en el centro. Antiguamente atraía a las caravanas de camellos del sur. Según se cuenta, era la mejor ciudad que nunca habían visto los mercaderes, un oasis. Y, de echo, actualmente, sigue siendo una gran atracción turística de viajeros fascinados por sus leyendas y misterios.
Las murallas de la ciudad tienen 12 kms de longitud y la ciudad acoge a casi un millón de habitantes. Fue fundada en 1602 por el sultán almorávide Yusuf ibn Tasfin y se convirtió pronto en uno de los centros artísticos y culturales más importantes del Islam.
El taxi nos lleva hasta la plaza Djemaa el –Fna, que según lo que decía la guía era un lugar de lo más especial, una cita ineludible, sobretodo de noche. Ya a esas horas se veía llena de gente, de griterio, bastante diferente al ambiente que dejamos en Fes. Íbamos en busca de un ryhad que salía en la guía, a precio económico, pero estaba lleno, pero nos recomendaron otro sitio y la verdad es que era un hostal de lo más agradable, el Hotel Essaouira. Sus habitaciones daban a un pequeño patio interior con una decoración preciosa con azulejos, cortinas, lamparas y espejos. Además de la siempre recurrente, la terraza, para dormir y tomarse algo en los momentos de relax.
Después de desayunar y descansar un poco, nos decidimos a salir a descubrir Marrakech. La plaza Djeema el-Fna acoge a malabaristas, narradores de cuentos, músicos, encantadores de serpientes, acróbatas, magos, vendedores de todo tipo de cosas, paradas con ricos zumos de naranja y una gran mezcla de gentes, tanto turistas como marroquíes.
Bajando la plaza se vislumbra la mezquita Koutoubia, construida en la ubicación de una antigua mezquita almorávide del s. XI. Se trata de un un ejemplo clásico de la arquitectura andalusí-marroquí. Al principio fue cubierta de yeso pintado y revestida de zellij (azulejos) de vivos colores, pero esta decoración ha desaparecido. El nombre de "koutoub" o "kutub", libros en árabe, es todo lo que queda del mercado de libreros que existió en este lugar.
Bajamos hasta el Mellah (barrio en el que aún viven unos 250 judíos), pasando por el Zoco de Place des Ferblantiers y la kasba (barrio real), pasando por calles estrechas y, como siempre, nos sale gente que nos dice que esa calle no tiene salida. Nunca se sabe si es o no verdad. Encima a esas horas de pleno sol todo está cerrado.
Por la tarde paseamos por la zona de los zocos, encima de la plaza Djemaa el-Fna. Es increíble la cantidad de tiendas que hay. Hay de todo: babuchas, jelabas, teteras y vasos, collares, pulseras, lámparas,…. Y todos te gritan para que entres a mirar: “más barato que Andorra” o “más barato que Carrefour” o “mirar no cuesta nada”. Sinceramente, a mí me agobia… de hecho, no compré nada. Estaba embelesada mirando y remirando, pensando en qué me llevaría y para quien. Y, al final, nada de nada. Bueno, sí, unas babuchas rojas, pero que regateó mi compi (qué arte, madre!).
Por la noche la plaza se transforma en un inmenso restaurante, rollo tapeo. Puestecillos donde puedes comer: carne, pescado, caracoles, cabezas de cordero, sopa, berenjenas, patatas, aceitunas, salsas… de todo. Multitud de gente local y turista se sienta a comer ahí. “Mejor que Ferran Adriá” nos dijo uno. Yo alucino con el arte que tienen!
[éstos son sus cocineros]