Las mañanas con un buen desayuno siempre resultan mejores mañanas y, en Marruecos hubo desayunos estupendos: crêpes y más crêpes, tortillas, zumos de naranja, cafés con leche...
Otro día más la plaza sigue abarrotada de gente,... nos acercamos a los encantadores de serpientes con cierta curiosidad y un poquito de asco, todo hay que decirlo. De hecho, yo tube un par de sustos con serpientes de juguete, así que intento acercarme lo menos posible, por si acaso. Los feriantes te acercan las serpientes y te las colocan en el cuello para que te hagas una foto. A mi compi se lo hicieron... y lo soportó muy bien, todo hay que decirlo, hasta que se la metieron por dentro de la camiseta para darle buena suerte en la vida. Teníais que haberle visto la cara, pensaba que ser moría!! jajaja!! pero se atrevió, cosa que yo no...
Al norte de la plaza hay una serie de terrazas des de donde se divisa toda con sus gentes yendo y viniendo, los vendedores gritando a los turistas para llevarselos a su terreno y que se mezclan con la música y los cantos... La verdad es que es todo un espectáculo!
El tiempo en Marruecos pasa de una forma extraña: lento, en calma, pero sin darte cuenta ya te pasó el día... Así que, cuando quieres hacer algo, resulta que ya es hora de cerrar todo, con lo cual te toca volver a patear las calles que habíamos recorrido la noche anterior. Mercados, tiendas, gente trabajando, niños, bicis y motos y burros,... nosotros que nos perdemos y ellos que se empeñan en dirigirnos otra vez a la plaza... y nosotros que no queremos ir ahí!!!
Al lado de la mezquita Ali ibn Yusuf, encontramos el santuario Koubba Ba'adiyn (construido a principios del s. XII, seguramente como un anexo a ésta, destinado a las abluciones), el único vestigio almorávide de Marrakech que no fue destruido por los celosos almohades.
La madraza Ali ibn Yusuf, la mayor facultad de teologia del Magreb, fue construida por los saadíes en 1565 (y restaurada en gran parte en la década de 1960'). Al estar construida en época benimerín, sigue el estilo arquetípico, con una intrincada decoración en yeso combinada con una base de zellij y techos tallados en madera de cedro.
En el tren (esta vez, tren-cama, que con una vez de hacerse los aventureros ya estuvo bien) encontramos una pareja suiza encantadora que nos contó su períplo de tres semanas por el país... Al ver las fotos del desierto, ratifiqué que quería volver ya!!!! Si podéis, no os perdáis la oportunidad de conocer Marruecos.. no esperéis grandes monumentos ni museos ni riquezas... pero preparaos para conocer una cultura totalmente diferente, rica en humanidad y en ganas de vivir. Tan cerca y tan lejos a la vez.
2 comentaris:
que pedazo foto! auqnue hay dos que me han impactado:
1- los pies con la serpientes tan cerca: que miedo!!
2. que hacen ahí esas TV?!
IM-PRE-SIO-NAN-TE
Hace un par de post hice uno sobre el desierto, así que estoy sensibilizado con esta temática. Que viaje más interesante!
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